lunes, 3 de septiembre de 2012

La memoria se olvida

Caminando por las calles en la ciudad. Estampidas de extraños relatos, ruidosos. Se me presentan como patrones extraviados en la inmensa soledad de la inidividualidad. Y yo no safo.
Soy como un arroyo encapsulado que intenta filtrarse en el frondoso río, que intenta seguir la velocidad de su corriente. 
Voy en el anonimato. Soy una horda anónima de existencia. Una sensación cambiante que nunca se agota.
Sigo en la certeza del instinto y en la incertidumbre de la razón. Entre esas dos zanjas  encuentro un camino. Entre oscilaciones dramáticas voy diversificándome, ramificándome en la Ausencia de mi misma que me  rodea.
Encuentro alianza en las promesas de afecto que brotan como llaves que abren las puertas de mi rincones oscuros. 
No escucho más que a mis propias nostalgias. Sembrando Nostalgias. Vivir en esta dimensión del tiempo es sembrar nostalgia. Todo es un recuerdo no vivido. Un recuerdo en potencia, un recuerdo en potencia. 

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