jueves, 25 de agosto de 2011

Menguante


Mis ojos se abren y atrapan destinos
Se cierran y expanden caminos
Me fío de mi exagerada confianza
Y me retraigo en lo salvaje de la incertidumbre.

Convierto en cuadros a esta nostalgia insoportable
Relato cuentos que se germinan en la memoria
La música clásica desentierra escenarios
Se van labrando las identidades de personajes
Que ausentes nunca me salvaron.

Me vuelvo a perder en la intensidad
De un momento que promete
En la presencia durante la intermitencia
Y se abruma de sus falsas promesas.

Intercambio de miradas con esos pequeños niños
Que cómplices me confiesan sus indecentes deseos
Mujeres hechizan con sus encantos
Hombres que persuaden con su fuerza
Todo se filtra con conciencia ignominiosa
Y se desea con tanta intensidad como se siente a la culpa.

Pero vuelvo a alguna cabaña de agua calma
En donde puedo naufragar sin peligros de viles oleajes
Me acuesto en esa cama que llena de aromas de una época
Resguarda amarillentos y cálidos recuerdos
Dispuestos a extinguirse en el sosiego de los sueños
En un viaje de tregua y fatal entrega.

lunes, 15 de agosto de 2011

Calesita


La simpleza del impulso que arremete
Que va eclipsando a las emociones
En esa porción del tiempo en donde sus rayos iluminan,
sus oscuridades digieren las deudas de sus vanidades
Itinerario penoso al que se somete;
sólo para que un trueno retumbe en algún corazón desconocido,
cambiando configuraciones,
asintiendo al afán rígido del destino
Todo se vuelve complejo
Y la premisa inicial se disuelve en lo tóxico de lo fabril
La evolución y sus millares de calaveras masticadas,
que aparecen en los sueños, que se disfrazan en los días
Las ruedas giran, giran, giran.
Shock hipnótico que dura toda una vida.

miércoles, 3 de agosto de 2011

El lustre de la sombra.


La tentación de encontrarse en todas las cosas, de no mirar hacia adentro, de perderse en detalles que entretienen.
El cetro de algún reino interno que esgrime a la culpa para atemorizarte por tu desleal accionar.
Cascadas de mundos ambiciosos intentan adueñarse del poco aire que hay para destruirte un poco más
La fuerza de la decisión que se enfrenta a la fuerza de la duda.
Las creaciones artísticas que se encienden en las chispas de aquellas fricciones.
Todas ellas en una danza que se derrite en su eternidad.
Extrañas calles que dejan ver las luces que se asoman de esas ventanas en apartamentos inmigrados.
Esos están cargados de sensaciones que no concluyen, que coronan la noche, que condenan al día.
Lo indefinido pare crías buscando una definición, y lo caótico parece tomar forma en la extensión.
Las promesas que nos deja ver el futuro, las nostalgias que nos esconde el pasado.
La memoria se enfurece contra las construcciones sólidas de lo sucedido.
Ferviente enemiga de los detalles nos trae un plato de pura esencia cálida y deseable.
Y yo que desconfío por su ingratitud,
invento funestas historias que nunca sucedieron, solo para contrariarla.
Por eso que en toda esta ambición desmedida e incurable,
yo encuentro a mi sol en aquella estrella que con su lejano brillo,
me repite en un constante centelleo lo dramático de las historias pasadas,
de esas mujeres que como yo, deseamos sentir al sol en el lustre de la sombra.