miércoles, 18 de junio de 2014

Unísono

en la plataforma de mi misma, en este altar levantado de identidad, irradiando en medio de la incertidumbre, con el universo de fondo. el paisaje del día es un cuadro tan hermoso, y los óleos usados tan brillantes, el pulso del creador tan preciso, tan sutil. la belleza me encandila, me convence, me amarra, echando raíces profundas en mi corazón. narcoticamente sofocada en el resplandor del gran diseño. los colores son sueños, son intentos, son deseos. los colores y las formas están tan vivos, los reconozco en la carrera de sus esfuerzos. podría comparar todo este cuadro, con la arquitectura de un canto. un canto arcaico, un coro de voces antiguas, de diferentes edades y eras, cantando al unísono, encontrándose en el escenario de esta nueva hora. una participación de todos los que conforman la ardua y hermosa tarea de vivir. conmemoramos la existencia, enlazamos los misterios, resignificamos nuestra misión, a través de este instante de frente a frente. en este puente que nos separa, inteligente invisible excusa para unirnos. ruleta de sensaciones, que nos marea de ser. me dejo impregnar por las texturas de sus lenguajes, aprendo, selecciono y crezco. crezco con ellos, crezco por ellos, crezco para ellos. la verdad hoy es tan nítida como el más cristalino arroyo que carga la sabiduría de la montaña. fluyo en la flexibilidad de sus sentimientos, en el frío de saberlo, en la calidez de atesorarlo, en el asombro de no entenderlo, para poder vivirlo.
hoy elijo entregarme, y amarlos.

domingo, 8 de junio de 2014

El Sauce

Cuanto de mi había aquella tarde, como podía sentir ese paisaje de otoño como un espejo de mi alma. Las hojas amarillentas y lánguidas de los sauces, eran alguna nostalgia de la infancia, que aún permanecía intacta en los baúles intocables de la memoria. Y el Sol que las pintaba... su intensidad, su tono, su calor, su sutileza y suavidad,eran como acuarelas de sentimientos. Ese conjunto tenía una identidad tan fuerte, que se me filtraba hasta el lugar más recóndito de mi capacidad sensitiva, haciéndome temblar de reconocimiento, regocijándose en un éxtasis que eclosionaba de sensaciones. Me preguntaba cuán lejos estaba yo de aquel especímen de incomesurable belleza. Me preguntaba cuántos años de diseño evolutivo nos separaban... y entendía que era sólo una cuestión de tiempo para entender que él y yo, teníamos el mismo origen. Alguna vez habíamos tenido un antepasado en común. Y aquellas corrientes que se habían separado en una edad muy lejana, tenían la misma edad. Los dos eramos hijos de la tierra y el sol. Sin embargo, un cronómetro de millones de vidas nos daban identidad, nos distanciaban, nos ponían uno frente al otro, nos daban la posibilidad del encuentro, de ser dos, de mirarnos a nosotros mismos, a través del otro. La oportunidad del Amor, la oportunidad de amarnos. La diferencia del lenguaje no era un obstáculo, pues todo lo contrario, volvía más extensa la mirada hacia mi misma, expandiendo mis horizontes hacia los suyos, fusionándolos, voviéndolos uno, ampliándonos enormemente. Y cuando antes, en densos períodos de mi vida, había intentado sintonizar el sentido de el don de existir, de la división de Dios, de la evolución, y había intentado en vano, gastando el corazón, derramando angustias y desesperación, ahora, todo parecía brillar de sentido, con este sencillo encuentro bañado de ocres y amarillos. El éter de nuestro amor, era tan grande, que se desprendía dando pequeños movimientos en el aire, como un baile sutil, y yo podía recibirlo con una permeabilidad extraordinaria que mi misma entrega a aquel ser habilitaba. No había razón para temer, no hay razón para tener miedo a disolverse, cuando el Amor es real. Podía fundirme con aquel personaje arbóreo, en una mirada que estaba ubicada mucho más allá de los ojos, una mirada que despertaba a todos mis sentidos, incluyendo los no físicos. Todo cobraba dirección, todo cobraba un entendimiento maravilloso, que vibraba de éxtasis en cada porción del envase de mi alma. Bendita tarde de otoño, te recuerdo.

sábado, 7 de junio de 2014

candado

El destino, esas manos invisibles, sutiles y bestiales, que te empujan
sos vos mismo, y el temor, es el no confiar en tu abismo
un lienzo que contiene todos los colores, sabores, sonidos y formas
tu misión, el criterio de tus manos, para elegirlos y combinarlos.
la valentía del artesano, manipulando a Dios en medio de la guerra del existir.
y tu cuerpo, ese dibujo que se delinea, que se define, te duele de tanto querer salvarse. te duele por no querer romperse mientras se rompe, resiste mientras se enchastra de la inmensidad de la vida, que susurra muerte, para abastecerse.
y todo este no entender, es tu talento, que quiere nacer.
y todo ese padecer, es tu fe, queriendo crecer.
y para qué, se pregunta la semilla, qué sólo ve oscuridad? y para que ser un árbol y extender mis ramas, cantar los verdes, suspirar mis flores, regalar mis frutos? para qué tanto esfuerzo en el misterio...? mientras que el sol te acaricia cada día, proclamando tu alegría, y la lluvia se transporta pesada para sacarte la sed de ser, y el viento que te abraza, haciendote bailar, y el pájaro que en ti busca un hogar.. y yo que de tus frutos me voy a alimentar.
la verdad es un candando sin llave si la buscas desde tu identidad.
expande tu amor, expande tu corazón, como un sol, haciendo vibrar toda esta canción, compartiendo el honor, de ser parte de la creación 
d e j a  a  u n  l a d o  l a  r a z o n 

Palabras

palabras insatisfechas, palabras filosas, palabras celosas, celosas de la belleza de los mundos del silencio, de los mundos del color. atrapadas en su dimensión, congeladas, automáticas, reiterativas, marionetas del deseo, muletas de la comunicación, frías abandonadas, en las bibliotecas milenarias del lenguaje, herencias muertas, predecibles. las libero del labor de la interpretación, las libero de la condición de puente, les doy rezo, les doy canto, las elevo, las sublimo, las hago explotar de hermosura como a flores danzantes en la creación, les doy perfume, les doy textura, les doy mi sangre, les doy mi amor, les doy todo mi amor.

Corazón

intento, entra sigiloso
intento, entra queriendo ser confiado
cuántas oportunidades bajo las nubes estivales
cuántas voces como sustrato, para darle forma
cuánto infierno pidiendo paraíso 
y cuánto de mi misma, que crece en estos encuentros
que sigue creciendo, mientras se pierde a si misma
el alma, una estela de sucesivos olvidos
de encadenamientos amnésicos, eslabones de memorias
círculos cerrados sosteniendo al gran dije
me pregunto inocente, climatizada por mi carne ' es ese Dios?'
es el mi aspiración, es la razón de mis esfuerzos
es el motivo magno por el cual existir, por el cual derramar vida
por la cual oxidar aire, enrojecer la sangre hasta secarla?
la respuesta es un murmuro inaudible en los pasadizos de la razón
se esfuma, como una neblina inasible, como un lenguaje de otro mundo
ese mundo, ardiendo de pasión, es posible encontrarlo, en tu corazón.