sábado, 1 de septiembre de 2012

Soy un eco


Acomodada en la superstición de ser
voy mirando y soy mirada por todo lo que rechazo
Rechazo bendito, estrategia del caos
sólo así puedo ser yo
Mis límites me felicitan
Celebran el último nudo que ahorca un camino
Lineas trazadas por manos encantadas
me buscaron en la Nada
Valientes, entraron allí y se entregaron
dejaron de ser para dejarme ser
Son mis padres ese eco que ahora es carne y voz
Ese eco desperdigado soy yo
Viajera incansable
soy expansión
Soy la hoja  amante del sol
cuyas raíces, tronco, tierra y otras hojas ha olvidado
Olvido, origen de la mente tornadiza
La duda ignorada entre quien era y quien soy
Mi destino crece al ritmo de tu traición
Tambor eterno, choque de luces de otro tiempo
Eje confundido, aplastado por el silencio
Tienes miedo de crear
Tienes miedo de perderte tu también por encontrar a alguien más?
Pero como podrías conocer al amor si no te pierdes?
No ves ese amor?, timón manejando por las manos del viento insaciable
Ese amor insondable e impenetrable como tu propio miedo
Miedo a ti misma
Miedo a tu abismo
Miedo a tu caída
Miedo a ser respondida cuando preguntas:
 En dónde termina el vacío?
Miedo a que la respuesta sea:
"En ti misma"
No hay respuesta complaciente para la razón
Juega en la osadía de tu corazón
Arriesgate a pararte tras tu espalda con los ojos vendados
Búscate en los  contornos del vengador negado
Está enojado porque no lo has escuchado
Convierte la cascada de plomo en cascada de plumas
De todos modos, no podrás escapar de la rueda de la fortuna
Por qué no clavas hoy tu hacha y quiebras la necedad de tu destino?
La eternidad es tuya cuando Dios se sienta en tu trono
Dios valiente, te has encerrado en mi misma
¿acaso para aprender a amarme?
¿No te daría miedo, todopoderoso, aprender en cambio a despreciarme?
¡Pero lo olvidaba otra vez!
Tú te decantas en el río de la creación
agua que sin espanto recorre cielo y subterráneo
Amante del mareo de los sueños eternos
Te venero en mis aspiraciones de propagación
Entonaciones de cristal con rumbo a su propio ocaso
Se oculta el infinito en los pliegues del tiempo invisible
Y tú, criatura bailarina en los versos de tu acorde
que suena como el murmullo en una fiesta de planetas
Ya no te preocupes por sus órbitas
Ya no te impacientes por sus demoras implacables
Se ha clavado la espada y con ella el gritó de la verdad
Riego de su voz, me despojo de mi misma y te anuncio:
Estás destinada a amar, porque en ti ya está escrito tu final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario