miércoles, 12 de diciembre de 2012

tren

no creo en la fragmentación del alma
no creo en los fundamentos pastosos de la individualidad
mis interpretaciones son corazas
son trajes, vestiduras de vidrio rompible
ropajes que presionan mi identidad
estrategias de estética verbal
dibujos de gestos fenotípicos (herencia del gusto que tiene el azar)
en esta mueca que abarca toda mi vida
y que no puedo sacarme de la cara ni del destino
al menos no, hasta no agotarla
en toda su lánguida eternidad

se extiende como un tren virulento
cuya estación final desconoce
cuya estación siguiente desconoce
es una sonrisa dudosa en el pentagrama celeste
un adagio en medio de la gran obra
una torsión en la serpiente de los caminos
un nudo, que ahorca a su propio cuello
para exprimirse, a fuerza de su dolor
moneda kármica
¿comprarás con ella a tus desingios?

dejar un atisbo de una esencia improbable
la sucesión de gritos que como un martillo
rompa los vidrios de este castillo
cimientos de tristeza y mezquinidad
de un alma mordisqueada por sus flancos
abandonar la mandíbula de sus límites
ser libre y así expandir la confianza
que cubra como una manta rosada
los sueños de otra vida
aclimatar la sangre de otra historia
que no necesariamente mía
existirá.

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