martes, 18 de diciembre de 2012

La luna que se va

Mamá, te voy a olvidar?
Se me están oxidando los huesos
Me están tirando unos líquidos corrosivos desde el otro mundo
Me estoy desvencijando y venciendo
Bajo los rumores de mil planetas lejanos
Que no son más que yo
Que no son más que mis propias conversaciones
En lenguajes, que ya olvidé, que todavía no aprendí
Mamá te volveré a encontrar?
Mamá soy vos?
Y cuándo te miro a los ojos
Y me hablas de  cosas, que me son ajenas, que se disfuman de mi historia,
Que se vuelan como espumas de plaza, como palomas de iglesia
Y dejan un retumbar extraño, en donde no hay nadie
En donde la esencia se muda, se desvanece
Porque no me percibo allí, en esa mirada?
Ya sos un planeta lejano que se distancia cada vez más
Se aleja, mientras me tira abrigos de luz y palabras de tierra blanca
Y cómo podré soportarlo?
Y cómo podré amarrarme al mundo, sin el consejo de tus brazos?
Mi amor por vos, es un recuerdo
Un recuerdo de estrellas, de mil puntas, iluminando todo mi sendero de árboles apagados y muertos
Mamá esperame, allá, después, en dónde no haya más que misterio
Resistí, esperándome
Resistí si es que algo así, ha de existir
En ese otro albergue de tránsito de misterio, como este.
Será como este?
Que la memoria no muera del todo, que la memoria deje un destello
Que deje una pista, que deje un ingenio en el sendero
Que deje una posibilidad, de reencuentro.

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