miércoles, 5 de diciembre de 2012

Cetro de poder

No hay refugio
Sé tu propio refugio
No encadenes el destino a tus deseos,
como llantos amenazantes
No los dejes que se conviertan en gritos de espanto
Estás en el miedo, en el máximo terror
Tenés miedo a no existir, tenés miedo a no poder ser
Pero ahora tu estás creando el miedo, tu eres su cópula creadora
Tu eres su inspiración
Entonces no lo ocultes, no lo niegues
Es la hora de su nacimiento, de su célebre exposición 
Sé un buen padre
No lo frustres
no lo desprecies por tu falta de Dios
Adornale el escenario con tu decepción
¡Oh, miedo!  
Canto sagrado del universo
Razón de su contracción
Origen del amor
Protagonista de la incertidumbre 
Yo te venero, yo te admiro, yo encuentro en ti el fundamento de la belleza
La soledad absoluta que me infundes,
es para mi la antesala del mejor encuentro
Magma maleable de mi próxima creación,
estás tu todavía caliente e insatisfecho
Te quejas, me arañas por la inacción
Me castigas, me lastimas
Y es la pereza que me destroza
Si, a veces me destroza y nada puedo yo hacer
Entonces suelto mis caballos viajeros
Peregrinos insaciables, los dejo libres de mi indecisión 
Viajen el sendero eterno por la incomprensión del cielo estrellado
Encuentren a su Dios en la confianza de lo que no se puede explicar
Confundan a la interrogación, con la no respuesta
Confirmen sus anhelos como en una nube pasajera
Cambiante, siempre cambiante
Paisaje áspero y suave
Asuman su rol en la existencia, caballitos míos
Deslizados en la lubricación permanente de la impermanencia
y yo inocentemente no puedo evitar preguntar:
Podría amarlos tanto, como para salvarlos de su incierto destino?
Oh, no, pero el amor se esconde en los límites del tiempo
Intermitente amor no me fío de ti tampoco
Tu me traicionas en tu abandono
Paralizada quedo yo en tu designio impiadoso 
En el paisaje helado de mis propias dudas
Mis voces se vuelven rayos de nieve
Suaves susurros de cristal en el aire
Chocan y chocan para expandir su raza,
para gobernar el continente que me sostiene
Mi corazón se convierte en una isla congelada
En medio de un caluroso desierto de deseos de fuego
Estoy tan triste que creo no poder soportar un atardecer más
Me convierto en un monstruo azul, un soldado de la eternidad
La bandera más bella de la soledad
cuyo precio es portarla pero no mirarla
Un recuerdo soñado y anhelado, nunca visitado
Jamás tocado
¿Y qué son mis más tiernas e infantiles añoranzas
más que grietas en mi obra?
Pulseadas del amor y del odio que me conforman
trazos apresurados en los retazos del ropaje que cubren mi sol
Giro giro en mis certezas
como un disco reproduzco una música que apenas oigo
te la ofrezco a vos ( si es que existís, ¿existe algo más que yo?)
Fanatismo de mi corazón
Latido como espasmo cósmico
sístole como temor
diástole como confianza
Creo así la galaxia de mi expansión
Voy confiada hacia un punto en el infinito
un punto que se abre y cierra todos los demás
¿Cómo puedo vivir en paz ignorando a todo lo demás?
Soy la negación de todo lo que no soy
Sólo así puedo ser yo
Soy la dictadora del infinito
Un espacio que lo contiene todo 
y solo resplandece en su propia totalidad
¿Qué hay en mi totalidad?
¿Cómo poder perdonarme si no soy yo esos campos sembrados de trigo amarillo?
¿Cómo no sucumbir frente al dorado amor de las espigas que muestran su ilusión?
¿Cómo poder amarme con todo el ser si yo no soy esas criaturas que lloran en la noche extrañando al sol?
¡Oh, no, mi amor se disipa en todo lo demás!
Como el agua volcada en la pendiente de la existencia
encuentra surcos lejanos a los que ya no alcanza mi mirada
Se alejan de mi como rebaño asustado
Como un cometa que nunca supo su destino de eterno retorno
y sólo queda un lugar vacío para mi misma
Un vacío de duda, de olvido
Como un silencio prologando antes de la  tormenta
Como una flor naciendo sin ser observada
Como el sonido de la niebla que te transporta a otra dimensión
Soy esa dimensión olvidada y perdida por la abstracción 
No, yo ya no soy yo 
Soy sólo una mente tejida en la inmensidad del cosmos
Soy una  cuerda floja y sedienta de si misma
Soy el olvido de todas las otras existencias
Un olvido infinito y doloroso
Una estampida de voces que no me ven, que no me escuchan
que no me tocan, que no me degustan
que no me huelen, que no me intuyen 
Me quedo sola y me alimento sólo de mi misma
Me consumo como el fuego hambriento de abarcar
Me resigno como un mamífero cansado y sediento en un desierto sin final
Le doy el trono a mis miedos, les doy el cetro de poder
Me adormezco en mis mantras tiránicos de control
Y ahora soy fuerte y magnética como el Sol
Nada irradia más belleza que yo
¡Hasta que muy pronto despierto! Despierto y estoy ahora del otro lado
Universo, me has tendido la trampa de tu balanza
Universo, me has decepcionado con tu justicia
Estoy yo siendo testigo de la pobreza y miseria de mi alma
Soy yo otra vez, un mendigo de ingenuas certezas 
Alma, cansada y vagabunda, ahora pides bajar.
¿Ya no quieres girar cuando te toca pagar?
Viaje de interminables enseñanzas, estoy mareada ya
Amenaza de nunca terminar
ahora viene tu piedad,
Como un alba complaciente al final de la madrugada
Como una sábana floreada al borde del horizonte
Como un espejismo de oasis en la ruta sin carteles
Se abre paso la majestuosidad de lo existente
Se corre, se borronea, se contrae, diluye sus contornos
Ha llegado por fin: la Muerte.
¡Oh, preciada joya enclaustrada en mi pasión!
Los eclipses de mi paz se deben al rumor de tu arribo 
Has sido mi motor
Has sido la rueda en la carretera de mi devenir
El final de mi combustión
El final del horror, el final de amor
El último paladear del universo en tu nombre
La satisfacción
El infinito se llenó de vos.



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