sábado, 15 de octubre de 2011

Flecha Extraviada


Una flecha me apunta desde algún lugar. Puedo intuir cómo, pero no cuando va a llegar. En esa dulce escalofriante espera encuentro macromundos en la desesperación. ¿Tendrá la punta de aquella flecha que logro divisar con mi alcance contaminado, el filo necesario para penetrar lo que quiero resguardar? ¿Podrá matarme esa flecha? ¿Que lugar de mi matara? Me entusiasma la idea y entonces en ese entusiasmo surge el valor para crear todo lo que conforma a una vida. Voy incorporando a mi básico entender que esa flecha es la brújula de mi destino. Entro en el fulgor de una conciencia que encuentra sentido. Pero mi sentido está invertido, viene de lo externo, mi centro no está en mí. Entonces, si el programador de mi búsqueda se encuentra afuera, como puedo yo gobernar lo que me pasa, como puedo apoderarme de mi dolor para repudiarlo y evitar su ociosa permanencia. No puedo. Me río ante tal afirmación... me río al ver que todas las estrellas están complotadas mirándome hasta el fin de mis días, en un regocijo eterno por mi padecer. Panópticos dementes que rodean a una sola prisionera de su insuficiente luz.

Entonces aquel día, llega en contingencia aquella flecha condenada. Se funde en mi cuerpo fusionando intenciones, ampliando mundos por la combinación.

Ay lisiada arquera atacada ¿como renunciar a tu sagrado puesto? ¿Como entregar tu núcleo y dejarlo fundir en el universo?

Mi flecha no impacta más que en mi misma, mi flecha me confunde, me ataca, me prohíbe. Ni siquiera yo disparo mi flecha. Quizá ni siquiera sea mía, quizá ninguna de mi acciones sea mía. Quizás tenga que aceptarlo, pero seguramente nunca lo acepte y siga en el embestimiento voraz con un universo que no respeta mi momento, que celoso se interpone, para mostrar su imperioso poderío. Aceptar algo así, es perderse en lo caótico de los inicios, es desperdiciar la oportunidad de nacer, es la cobardía de quien se funde en la compasión con todas las cosas, quien no puede hacer frente, afirmándose a si mismo frente a un padre pervertido que te ventajea en la dualidad que crean.

No hay comentarios:

Publicar un comentario